En procesión, con estandartes, entonando cánticos llenos de ira, himnos vengativos, y amenazando a los perseguidores con el puño.
También es posible salir a la francesa de una casa de servidumbre, sin despedirse de nadie, llevando ropa de deporte y un tomo de poesías en el bolsillo de la chaqueta. El sol matutino anuncia un día largo y hermoso.
Del pequeño Larousse de Adam Zagajewski, publicado en Solidaridad y soledad, Acantilado. 2010
con la frente en alto y los zapatos limpios… para no llevarse ni el polvo..