Luis Alberto Herrera envía a este blog un correo interesante que quiero destacar. Discrepa de mi lectura del discurso presidencial reciente.
Si el presidente ha señalado que es la familia tradicional la única capaz de inculcar valores morales, a cualquiera le resultará clara su visión conservadora y la ideología de su partido, pero con respecto a la cita de Calderón que incluyes en el artículo me cuesta negar que se fundamenta en ideas que se pueden encontrar en autores estudiosos de la modernidad tardía o posmodernidad, como Lipovetsky.
Quizá te parezca un error que haya incluido a “Dios”, pero cuando Calderón habló de “asideros trascendentales” también incluyó a la escuela, la economía y la familia, es decir, me parece que lo que expresa es efectivamente la carencia de esos metadiscursos o ideales que tenían mucha más fuerza en los tiempos modernos. Que el individuo de hoy en día está carente de “asideros transcendentales” es una idea que puede encontrarse en Cioran, por ejemplo, quien nos describe como personas que renunciamos al paraíso para andar por un desierto completamente perdidos, obviamente se refiere a esa pérdida en el horizonte de las metas que antes eran más claras y definidas. Que hay un “vacío espiritual y existencial” no es una idea religiosa, sería corto de miras encerrarla al ámbito del púlpito, puede estar equivocada, pero tampoco puede afirmarse como resultado de un pensamiento mojigato, es más, en estos momentos es común encontrarse con el concepto del narcisismo o el neonarcisismo, que sostiene la priorización en los intereses de los individuos por todo lo que afecte el desarrollo, cambio o “mejoramiento” de su yo físico o interno, entiéndase el boom de los gimnasios, de los libros de superación, yoga, etc, y es precisamente con base en ese vacío que los individuos se ven tan necesitados de la admiración o la aprobación de los demás, es con base en ese vacío que puedo llegar a pensar que un automóvil, una camisa, un reloj, un viaje o tantas cosas más en este medio consumista me pueden hacer un poco mejor.
Criticas el “creer, creer, creer…” y dices: “La ausencia de fe como fuente del mal”, yo no deduje esta sentencia de la cita del presidente, pero si así lo dijo o lo dio a entender, lo repruebo como tú, aunque Jesús, ¿quién puede dejar de creer?, es más, ¿quién quiere dejar de hacerlo? ¿No se basa nuestra confianza en la ciencia en una creencia, o el capitalismo, o la Historia como un curso dirigido al mejoramiento de nuestra civilización?
El resto del artículo, la parte final, me parece desafortunado; eso de que Calderón te declaró la guerra creo que es una exageración, yo tampoco formo parte de alguna religión pero no leí ninguna ofensa del presidente hacia mi forma de pensar.
Respondo: en efecto, puede haber versiones laicas sobre el desencantamiento del mundo, distintas visiones sobre la desaparición de sentido que no necesitan recurrir a la «muerte de Dios». Lo que me parece desafortunado y aún más, indebido, es que el presidente de México encuentre que esa falta de trascendencia incuba en el ateísmo. Esa es mi lectura del mensaje de Calderón. Creo que el discurso en ese sentido es bastante claro. Sus palabras son un lamento por el desconocimiento de dios y una advertencia sobre el cúmulo de desgracias qe provoca.
En cuanto al final de mi artículo, por supuesto, tienes razón: es una exageración plantear que el presidente me declara la guerra. Un exceso retórico que coloca al sufrido opinador como víctima del soberano. Pero es (creo) congruente con mi alegato e, incluso, su conclusión lógica. Sostengo que en un estado laico debe existir una política aconfesional activa. Sostengo que el argumento que desliza el presidente implica precisamente el abandono de la neutralidad del Jefe de Estado. Por eso recurro a la tradición clásica de la tolerancia, en particular al argumento de Jean Bodin: la imposición de una fe oficial significa la declaratoria de guerra a quienes profesan una fe distinta. La paz exige la despolitización radical del discurso religioso.
Claro, si uno lee nada más el discurso de Calderón podría decir que fuiste exagerado Jesús. Pero para determinar el verdero Yo de los individuos hay que mirar en retrospectiva sus actos y sus discursos (la idea es de Arendt). Y definitivamente la narrativa del Presidente va por la senda que muchos interpretamos: la moralidad religiosa como el único camino hacia el bien. Lo demás es «narcocomportamiento».
Andale! Algo así decía yo (¿?), solo que no tan bien como lo hizo Luis Alberto Herrera, citando fuentes precisas. Y creo que Geraldina también acierta, como tú JSHM, en señalar la fuente moral-religiosa que motiva al presidente a hablar así. Entonces.. ¿Por qué Luis Alberto y yo no nos sentimos aludidos por su señalamiento? Pues porque hacemos de su discurso una interpretación más abierta, aunque en realidad no haya sido la intención original. Cuando debemos inter-actuar ateos y teístas, es necesario eliminar las «etiquetas» y concentrarnos en el contenido del frasco. Si finalmente es nutrivo y sabroso, compartamoslo. No importa si es Mc Cormick o Nestle (gol). El problema es cuando el contenido, efectivamente nos resulta nocivo. Por lo demás, estoy de acuerdo contigo JSHM y hay que hacer algo para manifestarle al sr. Presidente las inmensas ventajas de un estado laico.
Pero no debe ser Luis Alberto Herrera quien aclare lo que el presidente quiso decir. Debe ser el propio presidente quien pida una disculpa por la confusión y ofensa que sus palabras malinterpretadas, si es el caso, pudieron ocasionar.
Un Abrazo.
La religión, excluida de la política … y ahora también del fútbol:
http://laaficion.milenio.com/futbol_internacional/nota/80091
Es claro que aun cuando el Presidente pueda hacer referecnia a «asideros transcendentales» no necesariamente católicos, debe ser neutral como Jefe de Estado, cosa que le falló.
Siguiendo, por ejemplo, a Rawls, El Estado Liberal debe ser completamente neutral ante el actuar privado de los individuos. Las instituciones deben contener los puntos de vista en los que todos estemos de acuerdo, sólo así el actuar público del Estado no será una declaratoria de guerra contra algún sector social. Lo anterior, claro, no implica que el liberalismo no sea un credo combativo, es decir tendrá que declarar la guerra a aquellos cuyo actuar no caiga dentro de lo racional y razonable (i.e. grupos separatistas, terroristas etc). Creo que la posición de Jesús es acertada, yo no soy católico y si me sentí ante una declaratoria de guerra.
¿Sabes por qué te equivocaste, Jesús? Porque pareces un deicida. Llamarte ateo es poco. No soportas la idea de Dios. Te falta control de tus emociones con ese tema. Bastaría con una convicción objetiva para negarlo. Otra cosa sucede cuando intervienen cuestiones ideológicas (que las hay, y en abundancia). Cuidado: acuérdate que a Dawkins ya le dieron el apodo del «rottweiller de Darwin». En un punto estoy de acuerdo: Calderón está errado como estadista, pero no por creyente, sino por incapacidad.
A mi me pareció una reaccion más emotiva eso de «deicida» !?
Si no mal recuerdo «La era del vacío», Lipovetsky escribe que la gran sorpresa de la posmodernidad es que sí, Dios ha muerto «pero a nadie le importa». Sin duda, el autor aborda, incluso, la proliferación de los narcisismos colectivos, dentro de los cuales incluye a los movimientos Anónimos: los alcohólicos, los drogadictos, los compradores compulsivos, etc. En esta línea, sí… La posmodernidad -cuya figura apoteótica según Lipovetsky es Narciso- carece del sentido «trascendental» que al menos hasta donde entiendo a la historia, siempre lo hemos encontrado en lo «sagrado», que por lo general se asocia con lo «religioso»… Sin embargo, y conectándolo con el problema político, no puedo ignorar que ese liberalismo individualista -del cual habla, también en La metamorfosis del liberalismo- conlleva un cierto tipo de Estado. Si todos somos individuos aislados y libres que pueden ser hiperreligiosos con sus dietas, ultraecologistas en sus compras, metatecnológicos en su cotidianeidad, y eróticamente capitalista, todo ello es posible porque el ente público no se entromete en ello.
Y conectando el discurso del Presidente -cuyo contexto era uno en donde se discutían las drogas- ese, me parece, precisamente el punto. Movimientos como AA están fundamentados en tres ideas: 1. Se trata de una enfermedad (en esta línea, intentan meter un factor «médico») que a la vez, sólo puede ser tratada por 2. Un programa psicológico -y discplinado- pero más que nada 3. Espiritual. El segundo paso (de los 12 famosos) implica admitir que «Sólo un Poder Superior podrá» devolvernos la «cordura» (sano juicio). Irónicamente, estos movimientos que nacieron después del quiebre del ’29 se fundamentan en lo religioso/espiritual (sin casarse con una sola religión: de ahí el «Poder Superior») y son, en términos de Lipovetsky (quizá estrechándolo un poco) un colectivo narcisista: me salvo, salvándote también. Es una «comunidad» en un mundo individual.
Ahora, lo que me parece interesante es que en EUA -cuna del movimiento- ya hay quienes plantean la inconstitucionalidad de las órdenes de los jueces de que los drogadictos o alcohólicos sean enviados a centros de rehabilitación, basándose, precisamente, en la separación Estado/Iglesia para fundamentar la negativa. Los movimientos como AA tienen suficientes elementos religiosos para considerar que la mezcla entre ellos con el Estado socava un principio fundamental: la laicidad del mismo.
En esta línea, lo que se pone en duda no es la «verdad» o la «viabilidad» de lo que el Presidente dijo (al menos no para mi), sino si debió de haberlo dicho, como Presidente (así como si le corresponde a los jueces ordenarle a un alcohólico asistir a AA).
Lo intringante del tema de las drogas y el alcoholismo (yo sí lo incluyo, como problema social, aunque jurídicamente se le da un tratamiento distinto) es hasta dónde termina lo individual y dónde comienza lo social. El discurso se articula, por lo general, en términos de salud o de seguridad pública, pero no como uno de moral individual. Gran paradoja. Pero, hasta donde tengo entendido, así es.
Pobre teorizadores del Gym y los viajes de shoping. La realidad esta aca afuera..en donde compran el voto de la gente con una «lana», con tortas, taquizas, chamarras y bailes de kapaz de la sierra. Los mochos seguiran siendo mochos, queriendo dictar como es la verdadera espiritualidad, moralidad y por lo tanto, ellos como son mas cercanos a Dios, gobiernan mejor..Ciegos guiando ciegos..
Roger
¿Cioran y Lipovetski? Francamente, no me parecen pensadores de peso para analizar ninguna coyuntura actual, aunque el primero sea un humorista de primer nivel (el segundo es un refrito del refrito). Hace falta más ética: Alain Badiou, por ejemplo. Más Marx y menos marketing, por Dios.
Sí,
De acuerdo con Miklos: Que regrese el gran Groucho!
PD: No, no me refiero a Groucho Ortega.
Sinceramente yo escuche una parte del discurso de Calderón me parecio muy conservador, me molesto lo que dijo porque no todos somos conservadores creyentes pensando en asideros trascendentales. Si existe una crisis de valores es porque lo que habían no responden a la necesidad de las personas. No existen valores inmanentes que traspasan generaciones. Unos se asen de dios y otros del zen. No se trata de ateos rabiosos que con la simple mención de dios, saltamos como jauría sino de algo más básico respeto a las creencias, incluyendo aquellas que no hacen diferencia entre lo natural y lo social, para aquellos que no tienen un dios sino varios dioses. Y por supuesto los que no necesitan de entes sobrenaturales.
Estimado JSHM, una petición de principio es la de no confudir el sistema de neutralidad religiosa con el Estado laico. El enunciado «El Estado debe ser neutral en materia religiosa» corresponde al modelo que defendía la iglesia católica durante las discusiones de finales de 1991 (previas a la reforma de cinco artículos de la Constitución en materia religiosa), pero las sutilezas del laicismo rebatieron con facilidad los principios de la neutralidad. El Estado no es neutral, es laico. Ya lo platicaremos con calma. El tema da para mucho.
Movimientos como AA están fundamentados en tres ideas: 1. Se trata de una enfermedad (en esta línea, intentan meter un factor «médico») que a la vez, sólo puede ser tratada por 2. Un programa psicológico -y discplinado- pero más que nada 3. Espiritual. El segundo paso (de los 12 famosos) implica admitir que «Sólo un Poder Superior podrá» devolvernos la «cordura» (sano juicio)..