Autorretrato de Henri Roger, 1895. Recogido del Encuentro de Arles 2008
Autorretrato de Henri Roger, 1895. Recogido del Encuentro de Arles 2008
Tras una semana de votaciones, se ha cerrado el concurso del peor spot político. Participaron 2,940 personas. El anuncio que más clicks recibió fue el de Andrés Manuel López Obrador, con 31%; le siguieron la ternura de Jesús Ortega (28%); el convincente argumento de Nueva Alianza–mi favorito (12%), el anuncio de la inesperada vocera de la socialdemocracia mexicana recibió el 11% de los votos; el anuncio en blanco y negro del PAN 9%; PRImero el empleo 5% y Ea ea, el PRI se tambalea fue el menos votado con 5%. Gracias por participar.
Carlos Reygadas ha saltado al ruedo de la actuación acompañado de su familia. Su esposa y sus dos hijos pequeños actúan como su esposa y sus hijos en la cinta que él escribió y dirigió. El protagonista de “Nuestro tiempo” es un creador que deja la ciudad para irse al campo. Todas estas coincidencias han llevado a muchos a imaginar más conexiones entre la cinta y la vida de Reygadas. Los componentes autobiográficos de esta película que acaba de estrenarse en México, son lo de menos. Lo que importa, dice él, es la materia fílmica, no el parentesco de los actores.
Reygadas es nuestro cineasta más incómodo, ha dicho Fernanda Solórzano. El más arriesgado, el más polémico. Tiene razón. Hace unos años una película suya fue recibida entre abucheos y premios. Sus películas están escritas en un lenguaje que escapa de las convenciones narrativas. El director no siente el deber de justificar cada escena, de explicar cada evento, de redondear psicológicamente a sus personajes. El mundo de Reygadas es como el otro: enigmático y borroso. Hasta en lo más familiar hay misterio. Y lo íntimo será quizá lo más incomprensible. La tarea del cineasta parece ser no la explicación sino la contemplación; no el entendimiento sino el asombro. No el cuento: el lienzo. Ir al cine para ver a una vaca, para ver las olas del mar, una caricia, una mirada, el cielo, la rabia, una sonrisa, las nubes. No tengo intenciones específicas, le dijo a Ernesto Diezmartínez. “Me basta con compartir presentando. Como los árboles que se presentan nada más, sin decirte cuándo reír o tener miedo. Hago continentes y dejo espacio al espectador par depositar en ellos su propio contenido. Dejarlos vacíos, incluso, si prefieren.”
El matrimonio que se deshace en “Nuestro tiempo” es apenas el hilo perceptible de la cinta. Un hilo que muestra los juegos del poder que se cuelan en las relaciones amorosas, las trampas del hábito, el estrangulamiento con palabras, la imposibilidad de sujetar la primera llama. Pero debajo de la espiral de separación, se asoma todo. En los largos planos de Reygadas está la ambición de abrazar el horizonte. Toda la experiencia de estar vivo, de existir bajo la lluvia, entre perros y tazas de café. Las divagaciones son tan importantes como la línea central de la película. El amor de un padre y sus muchas vanidades. El abismo que separa al patrón del ranchero. La pulsión que anhela apropiarse de lo amado. Y el abrazo del mundo, de la naturaleza.
Como en todas sus cintas, el quinto largometraje de Reygadas se pasma ante el inmenso poder del escenario. Es dudoso que los protagonistas sean, en realidad, los humanos que se enamoran y se pelean. Diminutos parecen siempre estos muñecos, frente a la inmensidad de lo sobrehumano. El cineasta nos invita a ver de otro modo el planeta que habitamos. Seguir sin prisa el trote de los animales, el meneo de los árboles, el goteo de la lluvia, la corpulencia de los cerros. Las secuencias que los admiran no son bisagras entre escenas. No son pestañeos que permiten cambiar de tiempo. Reygadas ha dicho que, en su retrato de montes y animales, en el registro sonoro de truenos y ladridos no hay pretensión alegórica. Me parece imposible dejar de pensarlas como pistas o, tal vez, como un argumento involuntario. En esas escenas se capta, creo yo, el supremo imperio de las pasiones, el inescapable ciclo de la vida. ¨
Todo se desmorona, el centro no puede sostenerse
La bruta anarquía se ha desatado sobre el mundo
suelta está la marea de la sangre, y por doquier
se asfixia el ritual de la inocencia;
los mejores carecen de convicción y los peores
están inflados de apasionada intensidad.
Hace casi cien años William Butler Yeats escribió ese poema. De pronto apareció por todos lados como una especie de profecía de nuestros tiempos. Una descripción de la irracionalidad adueñándose de la historia. Otra lectura parece darle a la primera línea el documental que se titula precisamente “El centro no puede sostenerse.” No es la razón, sino la vida misma la que se desmigaja en este retrato de la escritora Joan Didion, que dentro de unas semanas cumplirá 83 años.
Netflix trasmite este documental dirigido cariñosamente por su sobrino, Griffin Dunne. Al evocar la primera línea del poema de Yeats hace un guiño a Didion quien había tomado la última frase del mismo poema para el título de uno de sus libros de ensayo. Más que una biografía, el documental nos ofrece estampas de una personalidad de acero y de hilo. Frágil y fuertísima. El relato de la cinta no es particularmente claro. La narración es fragmentaria, a veces críptica. Los conocedores de su obra sienten cierta frustración con el documental porque no captura su genio literario. Quien, como yo, no esté familiarizado con sus trabajos, recibirá una irresitible invitación a sus textos. Pero el retrato no cuenta la sociología del reportaje, no el registro del periodismo que toma el pulso a una era. Lo que importa es el retrato del duelo. El modo en que la escritura se convierte en salvavidas. “Nos contamos historias para vivir.” Nos las contamos para sobrevivir. Lo puso con estas palabras en El año del pensamiento mágico:
“He sido escritora toda mi vida. Como escritora, incluso de niña, mucho antes de que empezara a publicar lo que escribía, siempre tuve la sensación de que el significado radicaba en el ritmo de las palabras, las frases, los párrafos, una técnica para contener lo pensaba o creía tras un refinamiento cada vez más impenetrable. Soy o he llegado a ser la forma en la que escribo.”
En unos meses, Joan Didion perdió a su marido y a su hija. El centro de la cinta son esas pérdidas. No lo que se conquista en la vida sino lo que la vida arrebata. Ser habitado por la ausencia. Los cientos de reportajes que publicó Didion, sus novelas, sus crónicas más polémicas parecen ser el preparativo para el dolor más hondo. Escribir para tocar la desolación y para escapar de ella. Filtrar el duelo con un paño de palabras. Didion escribió de su pérdida con la atención y la distancia de un reportero de guerra. Los ojos cubiertos frecuentemente por lentes negros, el foco de la cinta son las manos de la escritora. Con el esqueto ya visible esculpe las palabras antes de pronunciarlas.
Al final de la cinta, puede observarse la ceremonia en la que el Presidente Obama le entrega la medalla de las artes. Un segundo después la vemos de espaldas en su departamento, leyendo de su cuaderno de notas: ve lo suficiente y escríbelo, se dice. Y una instrucción: “Recuerda lo que significa ser yo. De eso se trata siempre.”
La historia la contó el viernes Juan Villoro en páginas vecinas a ésta: han convertido a Luis Barragán en un diamante. Sus cenizas, más bien. La trasmutación ha sido ocurrencia de una artista que ha obtenido todos los permisos necesarios para abrir la tumba del arquitecto en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, empacarse las reliquias y entregarlas a una compañía dedicada a un macabro departamento de joyería. Uno le da un cadáver a la empresa y ésta se lo regresa convertido en una alhaja.
La metamorfosis se ha escudado, previsiblemente, en el arte—o en lo que hoy se toma por tal al consagrarse con exposiciones en museos. La etiqueta del arte conceptual obra prodigios: el discurso, como esas recicladoras de cadáveres, transforma cualquier cosa en tesoro de galería. Como relata Alice Gregory en un estupendo reportaje del New Yorker, Jill Magdid fue la autora de la idea. Su arte, nos advierte la reportera, confronta la institucionalización del poder y los usos de la ley. Su trabajo podría ser descrito, más bien, como activismo creativo: denunciar, por ejemplo, el ojo omnipresente de las cámaras que nos observan en las calles; aprovechar los huecos de la ley para burlarse de ella. Nada particularmente conmovedor. Exponía en la ciudad de México y descubrió la casa de Barragán. Al enterarse que su archivo está en Suiza supuestamente como regalo de compromiso de un rico empresario a una arquitecta, se le ocurrió un gesto. La novia finalmente podría recibir un anillo. No se lo entregaría el novio con la propuesta matrimonial sino la artista, con la petición de recuperar, para México, el archivo de su máximo arquitecto. Los restos de un hombre convertidos, literalmente, en moneda de cambio. ¿Qué mejor pago por el archivo de Barragán que Don Luis mismo, brillando eternamente?
“Autorretrato pendiente” es una pieza de Jill Magdid que puede verse en su página. Es un anillo preparado para recibir el diamante en el que se convertirán sus cenizas cuando muera. La artista ha dado instrucciones precisas a Lifegem, la empresa que compactará su polvo en gema. “Háganme un diamante cuando muera. Córtenme redonda y brillante, denme peso de un quilate, asegúrense que sea real.” Nadie cuestionaría el derecho que tiene la artista de dar esas instrucciones. También podría pedirle a otra compañía llamada Lifechew que convirtiera sus huesos en goma de mascar y alegar en algún discurso profundo que la vida es chicle y que los chicles, chicles son. Pienso que sería un poco distinto que otra persona hiciera el genial chiste con las cenizas de Magdid.
Un mundo que mercantiliza todo es un mundo que hace pose artística con todo. El mercado del arte es tan expansivamente arrogante como el otro. Todo es mercancía para el discurso del arte conceptual, tan escaso de arte, tan pobre en concepto y tan abundante en rollo. Mi reacción a la historia del arquitecto al que no se le permitió ser polvo está en una respuesta que le dio alguna vez a Elena Poniatowska: “No tienes idea cuánto odio las cosas pequeñas, las pequeñas cosas horribles.” Tengo la impresión de que el diamante en el que convirtieron sus cenizas sería para él algo así: una pequeña cosa horrible. Y estúpida.
Robert Darnton
conoce todas las caras del libro. Ha vivido entre ellos y quizá para ellos. Ha escrito libros de libros; los ha exhumado del olvido; ha trabajado en empresas editoriales; ha cuidado libros como bibliotecario y ha explorado las nuevas tecnologías para su difusión. No es fácil encontrar una perspectiva tan rica como la suya para examinar la condición del libro. El lector atento conoce la larga historia de la página impresa; el académico entiende del negocio editorial; el custodio de la biblioteca aprecia las novedades de la técnica. Darnton sabe que en el libro hay mucho más que texto; que el cuidado de los libros no puede ser solamente un negocio; que no hay manera de detener el cambio y que debemos, ante todo, cuidar un patrimonio común.
El historiador acaba de publicar en Estados Unidos un nuevo libro sobre libros. Se trata de The Case for Books
. (Public Affairs, 2009) que podría traducirse como Una defensa del libro. El volumen recoge textos dispersos sobre los viejos y los nuevos libros. En un tiempo en donde la idealización tecnológica compite con la nostalgia, el alegato de Darnton destaca por su ecuanimidad: no es un fanático de la novedad ni enemigo del invento. Valora las maravillas tecnológicas y ha tratado de aprovecharlas en su trabajo académico y en su gestión como cabeza de la biblioteca de Harvard. Al mismo tiempo, disfruta, reconoce y cuida el vivo patrimonio del papel. La prisa por deshacerse de libros y periódicos antiguos le parece un crimen. El buzo de los archivos no puede más que escribir con cautela. No se deja arrastrar por la utopía digital ni se atranca en las obsesiones del anticuario. Darnton sabe mejor que nadie que el planeta del conocimiento que ofrece internet tiene precedentes: el siglo de las luces imaginó también una comunicación veloz e igualitaria en donde no intervendrían los censores. Si algo nos enseña el pasado es que los nuevos vehículos de la comunicación complementan a los anteriores, no los destruyen. Por eso anticipa la convivencia de las páginas y las pantallas.
El autor de Los bestsellers prohibidos en Francia antes de la Revolución ve con entusiasmo las posibilidades de la escritura electrónica, sobre todo en las publicaciones académicas. Los textos pueden ganar densidad. Una primera capa de escritura traza el argumento básico; debajo de esa corteza, capas de mayor profundidad en las que el lector puede adentrarse libremente; las notas pueden expandirse sin restricciones; las referencias pueden alimentar lecturas complementarias. Pero no todo es promisorio en el nuevo mundo de la lectura sin papel. Como siempre, el poder y el dinero siguen al acecho del conocimiento.
El capítulo central del libro es su polémica con google. La ambición de su biblioteca universal es descomunal: ¡todos los libros a disposición de todo mundo! La idea ya no es un sueño de Borges. Desde hace años la empresa digitaliza millones de libros de las principales bibliotecas del mundo. Darnton apoyó en un primer momento la empresa: lo veía como un salto en la democratización del saber. Sin embargo, como director de la Biblioteca de Harvard, fue desencantándose poco a poco hasta convertirse en crítico de la tarea. Las bibliotecas no pueden subordinar su servicio a la explotación mercantil. Google, argumenta Darnton, no es la plataforma para la democratización del conocimiento sino el gancho de su comercialización monopólica.
HOLA ESTÁ INFORMACIÓN TE PUEDE INTERESAR.
SI ERES UNA PERSONA INTELIGENTE, CAPAZ Y TRABAJADORA, ERES HONRADO (A), QUE LLEGA TEMPRANO A SU TRABAJO Y SALES TARDE DE EL, QUE HACE COSAS MÁS ALLÁ DE LAS QUE TE CORRESPONDEN, SI TE GUSTA LO QUE HACES, PERO QUE AL MISMO TIEMPO TIENES UN JEFE O JEFA NEURÓTICO(A), QUE TE HUMILLA, GRITA, AMENAZA, TE CREA CHISMES, SE BURLAN DE TI, TE AISLAN DEL GRUPO, TE BAJA LA MORAL Y SIENTES QUE EN VEZ DE TRABAJAR VAS A LA GUERRA…
TE ACONSEJO LEAS UN POCO DE LA INFORMACIÓN, SOBRE EL TERMINO MOBBING, YA QUE NO HAY QUE DEJARSE NUNCA MÁS DE ESTAS PERSONAS QUE PERJUDICAN NUESTRAS ASPIRACIONES LABORALES Y PISOTEAN NUESTRA DIGNIDAD, HAY QUE SER MEJORES, POR FAVOR DENSE UNOS MINUTOS PARA LEER ÉSTO.
TAL VEZ LO CONSIDEREN UN POCO LARGO, PERO CREÁNME VALDRA LA PENA SABER ESO ANTES DE QUE NO HAYA MARCHA ATRÁS. GRACIAS
Hay una nueva denominación llamada MOBBING, que habla sobre la agresión picológica en el trabajo, por jefes y compañeros con personalidades perversas que pueden hacer insufribles las horas laborables.
¿Qué es el ‘mobbing’?
Acudir al trabajo puede significar para algunas personas llegar a un campo de batalla. Sufren tensiones de tal calibre que les parece que se adentran en una selva llena de peligros. En lugar de sentirse orgullosas de lo que hacen para ganarse la vida, sienten que van a librar una guerra, que siempre pierden. Y vuelven a su casa cada día más desanimadas, menos seguras de sí mismas.
Hay jefes y compañeros con personalidades perversas que pueden hacer insufribles las horas laborables. Si se tiene la mala suerte de padecer un ambiente intoxicado de rivalidad, enfrentamientos y descalificaciones, aparecen síntomas como insomnio, dolores de cabeza, de estómago y otras enfermedades que somatizan las graves dificultades por las que está pasando la persona afectada (disminución de defensas).
Siempre han existido ‘jefecillos’ odiosos, compañeros envidiosos y empleados ineptos que utilizan las relaciones laborales para solventar conflictos personales. Así, algunos llegan a crear un clima de Hostigamiento Labral = ‘psicoterror’ que acaba con la salud de los otros.
Minar la confianza
¿Puede sufrir cualquiera el ataque de un terrorista laboral? ¿Quién es la víctima más propicia del psicoterror?¿Quién es el agresor?
El acosador laboral es un perverso; la víctima, alguien que no sabe defenderse de forma adecuada. A veces es difícil responder a este tipo de personas, porque suelen utilizar maniobras complicadas de desenmascarar. El psicoterrorista rechaza la comunicación directa con la víctima del acoso y hace reproches hacia su carácter y críticas hacia su trabajo a través de intermediarios.
La desacredita por la espalda, intenta aislarla y destruir las alianzas que tenga con otros compañeros. Trata de minar su autoestima para después hacer que se sienta totalmente responsable de esa situación. La técnica que utiliza el perverso con su víctima es siempre la misma: le conduce a dudar de sí mismo a la mínima ocasión para anular sus defensas. La víctima de un acosador laboral puede llegar a estar tan confundida que acaba dándole la razón y le provoca sentimientos de gran desvalorización personal. El perverso no sólo persigue el poder, sino la utilización del otro como si fuese una marioneta. Coloca a su víctima en una situación de impotencia y después la destruye porque disfruta con ello. Las empresas utilizan, en muchas ocasiones, este modo perverso de actuar para librarse de aquéllos que les resultan incómodos. Al principio te hablan con buenas palabras pero por la espalda te dan las puñaladas, inventan cosas y obligan a la víctima a que haga cosas indebidas, usan tus problemas como una forma de manipulación, tales como piensa en tus hijos, tus rentas, tu futuro, te chantajean a tal grado que te vuelves su esclavo sin saberlo.
No es raro que busquen trabajadores independientes y con capacidad de decisión a los que, sin embargo, luego piden sumisión a un sinfín de acciones con las que no están de acuerdo, y siempre por el ‘bien de la empresa’. Sutil forma de chantaje, que muchas veces funciona por miedo a perder su puesto de trabajo o antigüedad.
El perfil psicológico de la víctima
La víctima suele tener rasgos opuestos a su acosador:
Es responsable y perfeccionista en su trabajo. Suele estar a disposición de la empresa, lo que apunta a una cierta forma de dependencia, es amable y tranquilo por Ende, ya que sus pensamientos están centrados en hacer el trabajo y su familia.
Es escrupuloso y tiene una marcada tendencia a sentirse culpable. Los acosados son personas que se sacrifican por los demás y se hacen responsables de más cosas de las que les corresponden. Su exagerada conciencia está ligada al miedo a fallar porque saben que es su trabajo y familia la que está de por medio.
· No es raro que el acosado tenga un sentimiento de inferioridad que le hace ser vulnerable ante un perverso. Posee una vitalidad que es la que vampiriza el perverso. Ataca su parte viva, dejándole sólo con la melancolía, y siempre sientiéndose mejor que la víctima y se aprovecha siempre de la necesidad de los que buscamos trabajo decente y bien hecho.
Perfil del acosador
El ‘psicoterrorista’ laboral:
El jefe o compañero de trabajo que acosa a un empleado tiene, las siguientes características personales:
Megalomanía: El acosador(a) se cree el punto de referencia del bien y del mal. A menudo, es moralizador: exhibe valores morales irreprochables (sabe actuar como si fueran unos santos), mientras descubre la maldad en los otros.
Falta de empatía: tiene una ausencia total de interés por los demás, aunque sí desea que los demás se interesen por él.
Vampirismo: el acosador laboral es también un vampiro pesimista; es envidioso e intenta apropiarse de lo que tienen los demás.
IRRESPONSABLE: atribuye a los demás sus propias dificultades y fracasos; así nunca es culpable de nada.
SOBRE TODO ESTO, TE PIDO QUE NO HAGAS LO QUE MILLONES DE PERSONAS HAN HECHO DURANTE AÑOS, SI UN JEFE TE TRATA ASÍ, NO EMPIECES A FALTAR, NO ARRUINES O MALTRATES TU LUGAR DE TRABAJO O PRODUCTOS, EVITA HABLAR A LA BUENA CON ESA PERSONA PUES NO ERES LA PRIMERA PERSONA QUE LO INTENTA, YA LO HAN HECHO MUCHOS Y HAN FALLADO, NO DIFAMES, NO CREES CHISMES, NO ROBES PERO SOBRE TODO, NO RENUNCIES Y EVITA QUE TE CORRAN Y NO PIENSEN EN VENGARSE, NO FUNCIONA.
SOBRE INFORMACIÓN ME ANTICIPO A COMENTARIOS HOSTILES A LOS QUE NO LES PARECE, COMO QUE SOY UN TRAUMADO, UN DÉBIL, UN PERDEDOR, ETC, NO IMPORTA SÉ QUE NO ES ASÍ, LO QUE SI IMPORTA ES NUESTRA DIGNIDAD, NUESTRA FAMILIA Y NUESTRO TRABAJO.
LO QUE SI DEBEMOS HACER DE INICIO ES COMENTAR A RH O A LOS DUEÑOS, SOBRE LO QUE PASA, SINO SUCEDE NADA Y TODO SIGUE IGUAL O TAL VEZ SEA PEOR, LA MEJOR OPCIÓN SIEMPRE VA A SER DEMANDAR LO MAS PRONTO POSIBLE, NO TENGAN MIEDO A LAS REPLESALÍAS, A QUE LOS CORRAN MENOS, BUSQUEN APOYO VERDADERO ENTRE COMPAÑEROS, SE QUE EL DINERO NOS LÍMITA MUCHO A HACER ESTAS COSAS PERO VALDRÁ LA PENA A FUTURO.
TENGAN EN CUENTA QUE EL JEFE ACOSADOR NO ES EL DUEÑO, NO ES ACCIONISTA, O AUNQUE DIGAN QUE ES EL CONSENTIDO DEL DUEÑO, NO IMPORTA, NO DEJA DE SER UN EMPLEADO, PORQUE SI DEJAMOS QUE ESTO SIGA SIENDO UN CIRCULO VICIOSO Y NO LO DETENEMOS, CREÁNME, SI RENUNCIAN ESTE JEFE NO LOS SEGUIRA, NO LO REGAÑARAN PORQUE TE HAYAS IDO Y MUY AL CONTRARIO TE ENTERARAS QUE LOS PREMIAN.
MIL VECES PEOR CUANDO BUSQUES TRABAJO, TE DIRAN QUE POR QUÉ TE SALÍSTE, POR QUÉ NO DURASTE MUCHO Y TENDRÁS QUE DECIR LA VERDAD O UNA MENTIRA QUE NO SABRÁS DECIR, Y NO TE DARÁN TAN FÁCIL EL TRABAJO PORQUE TE EMPEZARÁN A VER COMO INESTABLE, ASÍ QUE TODOS LOS QUE HAN RENUNCIADO POR ESTOS PROBLEMAS CON «JEFES» MALETAS Y PORQUE NO DECIRLO, COMPAÑEROS QUE TAMBIÉN LLEGAN A HACER LO MISMO Y PROVOCARAN QUE HAYA MILES EN LA CALLE BUSCANDO TRABAJO Y PROVOQUE MÁS Y MÁS DESEMPLEO. MEJOR QUE SE VAYA UNO Y NO MILES, PIENSALO DE FAVOR Y SI ERES, HAS SIDO VÍCTIMA DE ESTE SPICOTERROR, TE PIDO DE FAVOR QUE MANDES ESTE MENSAJE A LOS DEMÁS COMPAÑEROS PARA EVITAR EN EL FUTURO MÁS DE LO MISMO, Y SIN CHANTAJE LO DIGO: ES POR EL FUTURO Y BIENESTAR DE NUESTROS HIJOS -(AS).
ATTE: AMANT
Chucho:_
¿Por qué ya no publicas tus artículos de los lunes en tu blog? Yo no estoy suscrito al f’king Reforma.
A Chucho Silva o ya le da hueva hacer su blog (mensaje subliminal de esta foto), o es otra de esas vícitimas de terrorismo y acoso laboral (en el ITAM o en f’king Reforma), o se fue de voluntario a la campaña de Obama. Mejor lean al Oso Bruno, que está más mejor que nunca. (sí, «más mejor»)