-¿Adónde con tanta prisa, hermano chango? ¿Por qué corres así?
-Voy a esconderme, hermano tejón.
-¿Por qué?
-El Rey de la Selva acaba de ordenar que maten a todos los elefantes.
-Sí, ¡pero tú eres mono y no elefante!
-Cierto, pero mientras lo averiguan, me chingan.
(Y siguió corriendo)
En el tomo XXIII de las Obras completas.